Te imagino delante de mí y últimamente me he estado diciendo que ya no siento por ti todo eso que sentía antes y supongo que esto es algo que sin duda es grande y ha de ser escrito. ¿Cómo un amor como el que yo te he dedicado tantos años ya no está aquí conmigo, erizándome los brazos y la nuca? ¿Cómo es posible? Recuerdo el cuarto de la mamá, la lámpara de la mesita de noche encendida y mi corazón roto. Le decía llorando: “Mami, no volveré a sentir un amor así nunca”. Ella me respondía riendo que sí lo haría y yo pensaba para mis adentros que no tenía ni idea de la profundidad de mi amor. Siempre creí que lo que sentía por ti no podía vivirse más de una vez y que ya era afortunada de haberlo probado una vez en la vida siquiera.
Después de más de un año de duelo he podido comprobar que ese amor no me lo dabas tú. Ese amor, todo ese tiempo, lo creé yo. ¡¡¡Era yo!!! Eran mis brazos los que se erizaban, era mi nuca la que sentía cosquillas al pensar en amarte. Era mi amor, mi manera de amar. Y eso será mío siempre, siempre, siempre.
Pero también es cierto que me da paz sentir que estamos bien. Que aunque ahora necesitamos que el aire respire entre nosotros, tú sabes que estoy aquí y yo sé que estás ahí. No somos fantasmas de lo que un día fuimos, somos unas nuevas versiones de nosotros. Es incómodo verse crecer (duelen los huesos), pero es tan bello… No estamos juntos porque había de ser así. Porque crecer implicaba esto. Cuánto me alegro de no poner trabas al crecimiento y cuánto me alegra que tú tampoco lo hagas y que me digas “estoy un poquito más distante porque me remueve incluso hablar por WhatsApp contigo”. Y yo te digo “claro que sí, no tengas nunca prisa por responder, estoy aquí si lo necesitas”. Y nuestros caminos no se sienten ni siquiera paralelos ya. Tu senderito yo lo quería siempre cerquita del mío y ahora te veo la espalda a lo lejos y pienso “te quiero” y sonrío. No sé a dónde vas (ni siquiera dónde voy yo), pero una parte de mí va contigo y una parte de ti va conmigo y será así siempre porque al final todos somos una montañita de las cosas que alguna vez hemos querido. Y yo a ti te quiero, aunque no sea conmigo.
Me encanta caminar por mi senderito y ver los senderitos que se cruzan con el mío, que me acompañan un ratito y luego se van y tal vez luego vuelvan (o quizás no, no sé). Me encanta veros pasear. Cuando estáis cerquita y también cuando sois solo un puntito que se mece a lo lejos. Y esa, de nuevo, es mi forma de amar.
no sabía que era justo lo que necesitaba leer en este instante, además leerte siempre es sanador, gracias por hacerlo así de bonito 💗
Wowww es que leerte siempre es bien 💗💗💗