Todo cambia y tú me sigues viendo

(gracias, hermana)

Cuando termine el día llegaré a la cama necesitando contarme que he estado aquí, aunque no me viera, aunque pasara de largo sin percibir ni cómo me siento ni dónde estaba yo realmente en mi camino al trabajo, al hospital o a la autoescuela. Cojo el tabaco de Laura y me lío hasta tres cigarrillos que en el fondo no me quería fumar. Estoy tiritando mientras Bayan y Eros discuten y no sé si es por ellos, por el frío o la nicotina. Antes de irme a dormir le pregunto a ChatGPT cómo dejar de ser una fumadora social. Tengo que comprarme Chupa-Chups.

De todo lo que pasó en mi día de ayer, lo que mejor recuerdo son los momentos en los que pude sentir cerca a mis amigues. Recuerdo ir a comprar la comida con Víctor y Raúl, recuerdo haber ayudado a Susu a limpiarse y recuerdo ver la Isla con Raúl y Laura. También recuerdo hablar con Elena, como cada día, y recuerdo que ya van bastantes mañanas en que mis primeros mensajes al despertar son los suyos.

Cuando Elena se toma su café, me manda este sticker:

Todo a mi alrededor ha estado cambiando: nuevo trabajo, nuevas rutinas, nuevas relaciones… pero ojalá Elena siga contándome que se ha tomado su café con un sticker y me siga diciendo “hermana, he hecho esto o esto otro y hoy me apetece tal o cual y estoy así o asá, ¿y tú?”.

Y mientras yo a veces me pierdo de vista, hay otra persona que me ve y yo la veo a ella y sé si está bien o mal y a menudo sé cómo estoy yo porque en medio del jaleo paro a contarle lo que siento.

Elena leerá esto sin que yo le diga que he subido una carta porque Elena me lee sin que se lo pida y me mandará capturas de sus quotes favoritas y me dirá “hermana 😭😭😭😭😭”.

Mis amigues son las personas que más vista me han hecho sentir en la vida y no hay día que no dé gracias por tener su amor conmigo.